NAVIDAD

En el mes de Diciembre, se celebra la Navidad, en gran parte del mundo. Una fecha que siempre toma importancia por toda la espiritualidad que conlleva. El nacimiento de Jesús, representa para muchas culturas, una celebración en que el núcleo de una sociedad, la familia, se reúne para recordar la venida del Mesías, y con ello la paz, el amor, la generosidad, etc., los cuales adoptan nuevos sentidos.

 

La Navidad, es celebrada por muchos, como tiempos en los cuales la paz debe hacerse presente en toda su extensión, como sinónimo de verdad, de justicia, de calma, de meditación, de unirse en un solo abrazo para que al menos en un día, logremos que el mundo se conecte a través de esa espiritualidad que tanto nos hace falta, independiente de las creencias que profesemos. En una época en que las guerras y la discordia entre seres humanos, ha hecho que la palabra paz se torne tan esquiva, es que debemos a empezar a buscar y encontrar las verdaderas raíces de esta celebración y recordar la obra de aquel niño Jesús, que nace en ese pesebre.

 

Hoy, estamos insertos en una verdadera bomba de consumismo. Donde lo que regalamos, en cuanto a su valor monetario, ha desplazado a este espíritu y la tradición, de colmarnos de paz y amor. Y en los más de los casos, en estas fiestas, lo más importante es ver que regalo recibió el uno o el otro, opacando de cierta manera, el objetivo esencial de una paz a nivel mundial, de unirnos en familia, de olvidar odios y rencores, de dar una sonrisa a quien la necesite, sobretodo a aquel que no tiene nada con que celebrar y que es en definitiva, en donde se encuentra Jesús. Y tantas cosas más.

 

La fiesta es de los niños. Sí, es verdad. Y es a ellos a quiénes debemos enseñar el verdadero espíritu de esta celebración. Es necesario además, mantener la ilusión y la inocencia en ellos.

                                                                                                                  

Que Papá Noel siga visitando a diario nuestros corazones, la de nuestros chicos y sobretodo, que sea un mes para reflexionar, para meditar y comenzar a abrigar esperanzas que nos lleve, por el camino de la paz y del amor. Y a regalar algo más que un simple presente lujoso. Empecemos a regalar sencillamente un abrazo y una medida de comprensión, a todos quienes nos acompañan y más aún, a aquellos más necesitados.

 

¡Feliz Navidad a todos¡

 

Ignacio Araya D.